«Higui» De Jesús, la cartonera y futbolista lesbiana que para muchos ya es símbolo de la criminalización de las disidencias, comenzará a ser juzgada este martes por haberse defendido de un intento de violación grupal correctiva en un solitario pasillo del conurbano bonaerense, con el resultado de haber provocado la muerte a uno de sus agresores.
Eva Analía de Jesús (47), más conocida por el apodo que se ganó por sus dotes de arquera, llega al banquillo del Tribunal Oral Criminal N°7 de San Martín acusada de «homicidio simple» perpetrado contra Cristian Espósito, uno de los tres protagonistas de un intento de ataque sexual que nunca fue investigado como tal a pesar de que ella fue encontrada desvanecida en el lugar de los hechos, con traumatismos en diferentes partes del cuerpo, el pantalón y la ropa interior rotos.
Todo ocurrió el 16 de octubre de 2016 en Lomas de Mariló, un barrio de Bella Vista, donde Higui había ido visitar a su hermana por el Día de la Madre. Detenida de inmediato, ella no se enteraría hasta el otro día que el puntazo que le había asestado en el abdomen al hombre que se le tiró encima al grito de «te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana», le había ocasionado la muerte.
Tras ocho meses presa, la Cámara de Apelaciones de San Martín le concedió la excarcelación extraordinaria gracias a una fuerte movilización para exigir su libertad.
«A Higui la imputan de homicidio por haber intentado defenderse de una violación grupal ‘correctiva’, que es la típica violación a las que nos someten a las lesbianas para sacarnos la ‘lesbiandad'», dijo a Télam la periodista y militante lesbiana Adriana Carrasco, quien está participando activamente de la campaña por la absolución de Higui.
«Si el caso hubiera sido en Palermo Hollywood y la víctima de un intento de violación grupal hubiera sido una mujer blanca heterocisgénero, delgada y alta con título de universidad cheta, que hubiera sacado un bolígrafo o una hebilla del pelo para defenderse y clavárselo al agresor hubiera sido inmediatamente considerado ‘legítima defensa'», agregó Carrasco para ejemplificar la diferente vara que suele aplicar la justicia según la clase social, la orientación sexual y el color de piel de quien se enfrente al sistema.
La misma falta de perspectiva de género que le cuesta la vida a muchas mujeres víctimas de femicidio desoídas en sus denuncias, puede llevar a la cárcel a aquellas que le hacen frente con éxito a sus agresores, «porque se pretende que la mujer sea una ‘buena víctima’, no se tiene que defender sino sentarse a esperar que la justicia le dé bolilla y eso nunca pasa, mucho menos en los barrios vulnerables en donde realmente no hay presencia del Estado»,dijo otra de las abogadas de Higui, Claudia Spatocco.
A propósito de la «selectividad del sistema penal», Spatocco parafraseó a Eugenio Zaffaroni al reflexionar que «a los barrios se va a buscar culpables, no víctimas, porque las víctimas están en otro lado», en las clases más acomodadas.
Además de la inaugural, el juicio tendrá otras tres jornadas el 16, 17 y 22 de marzo, durante las cuales está previsto que declaren 30 testigos. Con las consignas «Yo también me defendería como Higui» y Autodefensa no es delito», sectores del movimiento LGBT+ y de los feminismos se movilizarán fuera de los tribunales reclamando su absolución. Habrá talleres, radio abierta, torneo de fútbol y la actuación de artistas varios.
Fuente: Télam